Ciudad en movimiento

exploración social urbana por Bryan Portillo




Como parte de mis practicas en Rodriga Estudio, decidí realizar un proyecto fotográfico que retratará un poco de una nueva realidad que se presentó en la ciudad de Mérida en el 2023, la vida en el nuevo transporte público “Va-y-Ven”, la cual culminó en mi primera exhibición fotógrafica, en Rodriga Estudio.

De la mano del Director Creativo del estudio, José Manuel Rodriguez (@josemra) como curador, expusimos las más de 100 fotos instantaneas capturadas con una Polaroid Now y 2 audiovisuales en una exhibición de una noche abierta al publico en la que fuimos acompañados de amigxs, personas colaboradoras en el proyecto y transeuntes de la zona.




Durante mi intercambio en Países Bajos, logré experimentar de manera inesperada algo que llevaba pensando y cuestionando por vario rato, sentir finalmente, un poco, pertenencia a un lugar ajeno. Y es que habiendo estado viviendo en Mérida por casi 4 años, me di cuenta que no lograba sentirme "integrado" o como alguien perteneciente a la ciudad, o al país. Y estando allá, pasó lo contrario, a pesar de haber estado poco menos de 6 meses, logré conectar con la ciudad, el entorno y la gente de una manera muy íntima. Al inicio se me hizo incómodo y un poco triste, pensar que un lugar tan distinto y alejado de donde en realidad vivo me pudiera dar este sentimiento de pertenencia, y Mérida no, que más que eso, es poder sentirme cómodo y conectado con las personas y el lugar que habito. Y aunque el carácter colectivo particular de los habitantes en un lugar, o las experiencias individuales de cada persona influya en esta experiencia, la manera en que diseñamos nuestros entornos, y los distintos medios disponibles para que sus habitantes puedan desplazarse -o la carencia de opciones-, dicta de una manera fundamental nuestra relación con el entorno, el resto de residentes y nosotros mismos.

Una vez de vuelta, noté varios cambios en el entorno urbano de la ciudad, entre ellos, lo más cautivante fueron las nuevas cajas de cristal y metal azul que rondaban la ciudad. Y a pesar que el Va y Ven ya tenía su primera ruta al aeropuerto desde hace más de un año para ese entonces, la extensión de la red hizo que este se presentará de manera repentina en mi vida todos los días desde mi ventana y puerta al mundo, con dos rutas nuevas sobre la calle que vivo. Con una figura y colores que rápidamente se convirtieron en iconos reconocibles en las calles, no pasó mucho tiempo para cuando ya había adoptado esta nueva opción como mi principal método para moverme en la ciudad. Escenas de amor, chismes, cansancios y otro sin fin de momentos íntimos son fáciles de observar y escuchar en el día a día en los confines de estas vitrinas andantes que brindan un servicio digno, confiable y eficaz a cada vez una mayor parte de la población.

Observar y poder vivir un sistema de transporte digno y moderno en la ciudad por primera vez me abrió la mente a divagar sobre un futuro en el que los gobernantes y la población general de nuestras ciudades finalmente se dan cuenta que estamos en un punto de inflexión de magnitudes bíblicas que requiere una reestructuración en la manera que pensamos sobre cómo habitamos y convivimos en nuestros espacios públicos y privados. Con desafíos tan latentes de manera global como lo son la crisis de salud mental, la expansión urbana descontrolada y el cambio climático, se necesita la disposición política para crear medidas y programas de un impacto masivo como este, en el que los espacios que transitamos y las formas disponibles para hacerlo cobran una relevancia extremadamente importante para ofrecer un futuro viable, seguro y sobre todo humano a todos sus habitantes por igual.




Audiovisuales

   







Fotografías por Rodrigo Hermida, 2023.